El mala se usa fundamentalmente para contar los mantras durante su recitación. Hace la misma función que un rosario (objeto de culto católico). Las cuentas están hechas de piedras (semi) preciosas, perlas, semillas del árbol bodhi (ficus religiosa) o madera y son aptas para diferentes propósitos: para contar mantras u otras oraciones, postraciones, circunvalaciones, etc. El hilo es el mismo en todos los tipos de malas y ha de estar compuesto por 9 hebras que simbolizan a Buda Vajradhara y los 8 Bodisatvas. La gran cuenta del final del mala simboliza la sabiduría que comprende y realiza la vacuidad y la cuenta cilíndrica sobre ésta, simboliza la vacuidad misma. Las dos cuentas juntas simbolizan que todos los obstáculos han sido superados.
El Mala está compuesto por las 108 cuentas que representan los mantras que se recitan o se cantan. El número 108 es el número perfecto para todos los propósitos. Es importante que nuestra motivación sea pura durante la recitación. El Mantra es el uso práctico de la energía positiva para ayudarnos a crecer y es una protección para nuestra mente. El mantra es una conjunto de sílabas del alfabeto tibetano o sánscrito. El efecto se consigue mediante la repetición y se vuelve más profundo con más repeticiones. El sonido producido durante la recitación es de vital importancia. La vibración del sonido crea una huella espiritual única en la mente de la persona que está recitando los mantra. Se dice que un mantra es como una persona; necesita ir a través de diferentes fases antes de que el resultado se consiga: purificación de la huellas mentales. Hay mantras diferentes, algunos llevan el más alto potencial de sanación directamente dentro de ellos. Esos mantras son únicamente para ser transmitidos del maestro al estudiante, del Guru al discípulo y se llaman “Siddha Mantras”.

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